miércoles, 16 de febrero de 2011

1° Temporal

15/02/11

Me encontraron sobrenombre, “espíritu de la llamada”, es la chica que salía desde adentro de la TV, tengo el pelo el largo y a eso agrégale que no me peino desde mis 18 años aproximadamente, un caos mi cabeza, jajaja. Los chicos siguen desembalando cosas y se siguen encontrando regalos, ayer fue el día de los enamorados, a quien no saben quien recibió regalo, el mismísimo terrible que pone sobre-nombres a todo el mundo, imaginen las cargadas, fue el vuelto de todos, al marguen de eso hubo un respeto.  Es increíble el lenguaje abstracto o códigos que hay en cuestiones de sentimientos  que no fueron impuestos, solo suceden;  se sabe que pueden cargar, pero solo un determinado tiempo y determinadas cargadas, luego, silencio de respeto, es un equilibrio que me asombra,  no se consiguen fácilmente esas cosas, menos cuando convivís con 18 personas que no las conoces y vienen de diferente lados.
Hoy el primer gran viento, desde las 11 hasta ahora que son las 16 y va a durar todo el día, poco mas de 60 nudos (aproximadamente 110 Kms), una lucha con la puerta, para cerrarla, cada vez que salís; me recuerda la escena final de un capítulo de los simuladores, donde trabaja Luis Luque en el cual le hacen creer que tiene un clon asesino y se debe ir a un lugar muy frío para estar a salvo, se va al polo norte. Escena: se levanta, debe ir a cortar leña para el fuego y al abrir hay un viento que no le deja cerrar la puerta,  que hasta el día de hoy pensé que era malísimo el truco, pero  créanme, está muy bien hecho, jajaja. Particularmente me gusta mucho el sonido del viento y estar afuera, en esos momentos, obvio que abrigado con algo que lo corte, si no, te congelas. Acá no se puede salir mucho porque es peligroso, puede que levante alguna piedra u objeto que te pueda lastimar, recuerden que nosotros estamos en un nunatak, es una elevación, en piedras, del suelo. De todas maneras me puse en un hueco a trabajar y disfrute del silvido por más de dos horas. El regocijo que sentí fue el mismo que en un día de verano, bajo la sombra de una galería, me puse a escucha  el mágico sonido de la tardecita misionera, cigarras, chicharras y más de 10 insectos diferentes, todos en sintonía,  cada uno respetando su turno de brillar. Sonidos opuestos, lugares opuesto, pero una única magia, la de la naturaleza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario